Nº1. El tema a debate: "Mujer y Ciencia"

. lunes, 3 de marzo de 2008
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----------Ciencia y maternidad:Una dificultad más que añadida----------

Autor: GERMÁN TORTOSA MUÑOZ

“Si no todas las mujeres conciben hijos, sí todas conciben ideas” Emilia Pardo Bazán, (1851-1921)



Si ya de por sí, cualquier carrera profesional para una mujer es un camino duro, sacrificado y muy competitivo, en ciencia lo es todavía más, no solo en este país si no también en el resto de Europa. Solo falta observar como “se pierden” las mujeres investigadoras en los distintos escalones del sistema científico español en su progresión profesional (algunos datos lo revelan: sólo el 13% de catedráticas, no más del 15% de investigadoras del CSIC, el 27% de empleadas en los departamentos de I+D de las empresas...). Y por lo visto, no es debido al número de mujeres que se dedican a la ciencia, ya que de estudiantes universitarias y de doctorandas (primer paso en la carrera investigadora), el incremento es cada vez mayor. ¿Motivos?, muchos, entre los que destacan la "educación sexista", así como la falta de investigadoras como modelos de referencia. Y es que aunque parezca mentira, “-No es fácil admitir que las principales causas de la desigualdad de género en la ciencia son las múltiples formas de desmotivación, marginación y discriminación por sexo aún vigentes en los albores del siglo XXI-”, afirma Flora de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (www.amit-es.org). Además, según Pilar Tigeras, directora del área de Cultura Científica del CSIC, la causa más grave es “-la dificultad para conciliar la familia con el trabajo. Basta un dato: por cada hombre que abandona su empleo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres-”.

Una cosa está clara y todos la sabemos. Esta situación no es debida a una “falta de capacidad”, sino a una “falta de posibilidad”. Compaginar ciencia y familia se convierte en muchos casos una tarea casi heroica. De hecho, en una encuesta realizada a 48 investigadoras españolas nacidas antes de los 1950, confirmó que el 53% no tuvieron hijos, afirmando muchas de ellas que hubiese sido contraproducente para su éxito profesional. Pero, ¿el retraso de las féminas en ciencia es debido a la maternidad exclusivamente? Hace tiempo que en otros países lo han descartado. Según la premio Nobel Christiane Nüsslein-Volhard, de ser así, en Alemania tendría que haber un 25% de mujeres Directoras (como ella) entre los 80 Institutos Max Planck ya que ese es el porcentaje de alemanas sin hijos.

¿Optimistas del futuro? Debemos serlo, aunque si es cierto que los avances transcurren demasiado lentos. Acciones como las desarrolladas por los poderes públicos (la Ley de Igualdad, la asignatura “Educación para la Ciudadanía” o las recién publicadas prestaciones económicas por hijo), avanzan en la dirección correcta. Aunque es posible que una de las más importantes sea, en palabras de Flora de Pablo, superar eso de que “-El problema empieza en nosotras porque sabemos que todo nos va a costar más-”.


Para leer más:

-“Biología y Biomedicina: un área de mujeres fértiles”, Flora de Pablo. Arbor CLXXII, 679-680 (Julio-Agosto 2002), 579-604 pp.

-Mujer y Ciencia, CSIC (http://www.csic.es/mujer_ciencia.do)



----------Mujer y Ciencia: La eterna cuestión----------

Autora: PALOMA PIZARRO TOBÍAS


"Ser o no ser, he ahí el dilema; si es más noble sufrir en el ánimo los tiros y flechazos de la insultante fortuna o alzarse en armas contra un mar de agitaciones y enfrentándonos con ellas, acabarlas."

Shakespeare, "Hamlet"



Cuando en nuestra mente se unen los conceptos mujer y Ciencia, el resultado del binomio se perfila como la imagen de una galardonada con el Premio Nobel, o no, cuyo fin la convierte en mártir por la causa. Si echamos la vista atrás y buscamos mujeres eminentes en el universo científico, desde Hipatia de Alejandría (370-415, matemática, física y astrónoma) hasta Ellen Ochoa (fue directora de la Rama de Tecnología de Sistemas Inteligentes de la NASA, su última mision espacial ha sido en el 2002), pasando por la saga Curie (Madame Curie e hija, ambas Premio Nobel en Química, las dos murieron prematuramente de leucemia), nos damos cuenta de que son muy pocas las reseñas sobre féminas en la Historia de la Ciencia.

¿Es esa la realidad?

Eulalia Pérez Sedeño (Catedrática de Lógica y Filosofía de la Ciencia, Instituto de Filosofía del CSIC) nos presenta este hecho como un sesgo en la Historia. No hay que olvidar la subjetividad innata al individuo a la hora de plasmar hechos acaecidos en el pasado, además, tampoco se debe obviar que la gran mayoría de historiadores pertenecen al género masculino, y que las historiadoras de la Ciencia (Marie Boas, Martha Ornstein, entre otras) apenas prestan atención al papel representado por la mujer en esta disciplina. No obstante, podemos encontrarnos con gratas sorpresas provenientes del sexo opuesto, y no precisamente actuales. En 1674, el cartesiano François Poulloin nos recompensa con estas palabras: El éxito en la Ciencia requiere sólo de unos sentidos fiables combinados con un método adecuado, si las diferencias no van más allá de los órganos reproductores, todos (hombres y mujeres) tienen unos sentidos igualmente fiables. Desgraciadamente estas disertaciones caen en el olvido y, un par de siglos más tarde, Darwin (mente avanzada que logró tambalear los cimientos de la Ciencia, pero sorprendentemente retrógrado) nos presenta al hombre como un ente poseedor de una gran variabilidad lo que le permite alcanzar grandes logros intelectuales, mientras las mujeres, carentes de ese don, caen mayoritariamente en la mediocridad.

El papel de la mujer en la Ciencia (y en el resto de las facetas de la Historia, no nos engañemos) ha sido relegado al olvido, siendo en muchos casos ninguneadas y defenestradas por los propios compañeros (véanse ejemplos como el de Lise Meitner y Rosalind Franklin, quienes representaron papeles cruciales en el s. XX). Casos tan recientes...

A fecha de hoy, en los albores del s. XXI, ¿ha cambiado la situación? El lapso de tiempo transcurrido ha sido corto, pero los avances son cada vez más firmes. En 1998, la Dirección General de la Unión Europea creó un grupo de trabajo sobre la mujer y la Ciencia y elaboró el Informe ETAN, en él se decía que la infra-representación de la mujer amenaza los objetivos científicos de alcanzar la excelencia, además de ser un derroche y una injusticia. Entonces, ¿cuáles son los factores que están limitando la presencia femenina en las cumbres del saber? Inevitablemente nuestro subconsciente vuelve los ojos hacia la maternidad, transformando, así, el binomio en polinomio. Eulalia Pérez Sedeño, en un informe sobre la situación de la mujer en la ciencia y la tecnología, da un giro inesperado a las concepciones generales y afirma que no sólo las mujeres con pareja y descendencia producen igual que las solteras, sino que, además, las cotas más altas de producción se daban en los momentos de embarazos y en los posteriores al parto, desechando así la variable innata al sexo femenino. Sandra Harding (filósofa americana) proclama que sean cuales fueren los beneficios psicológicos, políticos o sociales que hayan obtenido los varones discriminando a las mujeres en el pasado, nunca está justificada la pérdida intelectual.

Está bastante claro, a mi entender, que, en la actualidad, la causa subyacente no es inherente a la biología de ambos sexos, ni la falta de capacidad para compaginar la vida laboral y familiar (titánica, ahora y siempre), ni la carencia de estudiantes del sexo femenino (las estadísticas son tajantes a este respecto, mostrando su preponderancia en la gran mayoría de las disciplinas científicas, y que pronto se verá traducida en un ensanchamiento del cuello de botella de los puestos de responsabilidad); la diferencia se encuentra en la opuesta esencia de nuestro ser, en la dispar valoración de los sexos de unos logros personales por encima de otros (Serdeño insiste en que las mujeres tienen más intereses y más diversos que los hombres, esto estaría relacionado con la búsqueda de la satisfacción personal no sólo a través de los logros profesionales), en la libertad de elección que parte del olvido del yo. La ecuación madre + científica + pareja + infinidad de facetas deja de ser igual a mujer. Es una reflexión importante que debemos tener en cuenta aquellas que ansiamos realizarnos en todos los aspectos posibles de la vida de una mujer plena.

Mientras trabajo en mi futuro, esperanzada, optimista y llena de energía, me uno al pensamiento del poeta estadounidense Oliver W. Holmes: "La Ciencia es un magnífico mobiliario para el piso superior de un hombre, siempre y cuando su sentido común esté en la planta baja".

Para los que deseéis saber más:

- Londa Shiebinger, ¿Tiene sexo la mente?: Las mujeres en los orígenes de la Ciencia. Editorial Cátedra.

- Eulalia Pérez Sedeño, Mujeres en la Historia de la Ciencia (www.prbb.org/quark/27/027060.htm)

- Cuaderno de Bitácora Estelar: Mujeres y Ciencia (weblogs.madrimasd.org/astrofisica/category/327.aspx)

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