Investigación es Futuro, por Cristina Sánchez Gómez

. jueves, 12 de junio de 2008
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Durante mis años de colegio e instituto ya sentía una gran fascinación por la Biología, y pronto tuve claro que quería dedicarme a investigar dentro de este campo. El primer contacto con un laboratorio lo tuve en cuarto de carrera, y ahora, después de cinco años, estoy empezando el cuarto y último año de beca predoctoral. La idea que tenía acerca de investigación ha cambiado bastante a lo largo de todo este tiempo. Pero no quiero decir que me haya defraudado, simplemente creo que tenía una idea un poco romántica del tema.

En este momento, a falta de menos de un año para decidirme a dar el siguiente paso en la carrera investigadora, no lo tengo toda tan claro como al principio, y me gustaría transmitiros los pensamientos que rondan por mi cabeza en esta etapa tan decisiva. Digo tan decisiva, porque creo que cuando acabas la tesis es el momento de reafirmarte en la carrera investigadora, o de plantarte.

Hay muchas cosas que me impulsan a seguir. Creo que este trabajo es muy dinámico, en el sentido de que resultaría imposible estancarse y caer en la monotonía. El investigador está continuamente formándose, está en constante renovación, lo cual le permite a su vez, superarse día a día. Este trabajo también ofrece la posibilidad de viajar. Las estancias en otros laboratorios, los congresos, las colaboraciones con otros grupos, etc., le dan al investigador la oportunidad de conocer países, culturas y personas increíbles, y esto no sólo es enriquecedor a nivel científico, sino también a nivel personal. A todo esto se le suma lo gratificante que es trabajar muy duro y esforzarte para conseguir un buen resultado y poder aportar tu granito de arena al conocimiento de la humanidad.

La cara oscura de todo esto es la presión y la competitividad a las que el investigador se ve sometido, sobre todo en las etapas iniciales de la carrera investigadora, mientras no ha conseguido la estabilidad laboral. Porque, al fin y al cabo, lo que cuenta son las publicaciones, y sin ellas, no hay opción de seguir adelante. Desgraciadamente no resulta nada fácil conseguir una plaza actualmente y el camino que hay que andar es duro y, a veces, poco coherente y reconocido, pero no es algo imposible. Mi esperanza en este sentido es que, como dice el refrán, “quien la sigue, la consigue”, siempre y cuando estemos dispuestos a sacrificar muchas cosas a lo largo de todos estos años de lucha, a veces, incluso, a dejar España. Claro, que esto no sería así si nuestros políticos se preocuparan un poquito más por la Ciencia en nuestro país. Pero al margen de este problema, nuestro momento crucial de elegir debería ser lo antes posible, y no cuando llevemos cinco años de un lado para otro, porque una vez que se empieza, hay que llegar hasta el final. Y si empezamos, tenemos que tener claro que realmente queremos dedicarnos a la investigación y que nos gusta de verdad, ya que, de lo contrario:¿qué sentido tendría toda esta lucha?

¡¡¡¡Ánimo para todo@s!!!!

Cristina Sánchez Gómez

Investigadora predoctoral del CSIC