Nº1 "Especial VI Jornadas de Jóvenes Investigadores". Historia de ASI-Granada: Historia de una montaña rusa

. lunes, 3 de marzo de 2008
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Autor: DAVID GALLEGO TORRES


Corría la mitad de los años 90 cuando un grupo de becarios de investigación pre-doctoral de Granada se juntaron para debatir una serie de problemas comunes, intrínsecos a su situación: la inestabilidad, la temporalidad, la falta de reconocimiento legal de su trabajo,… y su pasión por la investigación. Con su inquietud y sus ganas por mejorar tanto su situación como el mundo universitario del que se sentían parte consiguieron dos grandes logros. Por una parte, muchos de ellos fueron incorporados legalmente como Personal No Numerario de la Universidad de Granada. Por otro, nació ASI-Granada.

Poca memoria queda de aquel grupo de personas, ya que su cambio de posición dejó la recién creada asociación en un estado de letargo. Sería la primera bajada de una larga serie de altibajos que han caracterizado la historia de ASI. Hay que esperar hasta 1999 para ver resurgir la iniciativa de lucha. En aquella ocasión, la “espuela” que indujo el renacimiento se llamó “Tasa 6000”, una tasa administrativa impuesta de la noche a la mañana que provocó la movilización de estudiantes e investigadores pre-doctorales de toda Andalucía. Cuando los nuevos becarios pre-doctorales del distrito de Granada entraron de nuevo en contacto volvieron a tomar conciencia de la situación y aunaron esfuerzos con objetivos simples y claros: defender los derechos del colectivo y luchar por el reconocimiento de su labor de investigación como un TRABAJO, que por lo tanto debe estar sujeto a un contrato laboral.

Pero esta vez, ASI no se encontraba sola. A través de foros a nivel nacional, ASI entró en contacto con asociaciones similares de otras universidades españolas, y de la puesta en común de todas ellas surgió la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI-precarios), de la que ASI fue parte crucial, y cuyo primer presidente era precisamente representante de ASI-Granada. Todas las asociaciones unidas comenzaron las movilizaciones reivindicativas a nivel estatal, mientras ASI seguía su actuación dentro del distrito granadino, consiguiendo incluir a un becario de investigación dentro del claustro de la UGR y posteriormente, colaborar en la comisión de renovación de los estatutos de la Universidad de Granada.

De nuevo, la temporalidad de la situación de los investigadores pre-doctorales hizo mella en ASI, y hacia el año 2003, ASI estaba de nuevo casi sin medios humanos motivados para continuar la defensa de derechos del colectivo. Pese a que se consiguió incluir la figura de “becario de investigación” en los nuevos estatutos de la UGR, parecía que se había perdido la iniciativa reivindicativa. La administración parece aprovechar estas situaciones de calma y aparente desidia para recortar derechos y presupuestos, y de nuevo lo hicieron. En el año 2004 fue el turno de las becas FPI/FPU; eliminación de ayudas para estancias en el extranjero, retraso en los pagos, retrasos en las resoluciones… Con la necesidad de aclarar todo este embrollo se organizó una reunión de becarios de investigación con el Vicerrector de Investigación, de la cual surgió un buen puñado de personas, “sangre nueva” para un momento importante para los investigadores, tanto a nivel local como nacional. Estaba a punto de redactarse el Estatuto del Becario y poco después, el Estatuto del Personal Investigador en Formación (EPIF).

A pesar de la reactivación parecía que se estaba dando una desvinculación de las a actividades locales y la actividad de la FJI a nivel estatal, y comienzos de 2006, la asociación estaba en un momento muy bajo. El número de personas involucradas era cada día menor, lo que, en la práctica, provocaba que se realizasen muy pocas actividades. Nadie quería dar un paso adelante y reconducir la situación, unos porque ya llevaban mucho tiempo y otros por el miedo que da tener alguna responsabilidad. Así estaban las cosas y no se descartaba dar de baja la ASI e integrarla en alguna otra asociación andaluza.

Durante los días 1, 2 y 3 de marzo de 2006, desde Granada, un grupo de investigadores pre-doctorales de Granada asistió a las IV Jornadas en Madrid, junto con la posterior asamblea de la Federación. En realidad, las Jornadas permitieron poner cara a aquellas direcciones de correo electrónico que formaban parte del foro de la FJI, lo que siempre ayuda a humanizar las relaciones. Esto, junto con la buena organización de la asamblea, animó a un pequeño nuevo grupo a tomar el relevo de la asociación en Granada.

Desde el primero momento en el que se planteó revitalizar la asociación, surgió una pregunta: qué era lo que queríamos, qué era lo que buscábamos. Algunos de los nuevos miembros habían participado en otras organizaciones y conocían los defectos que tenían. Otros, simplemente, veían aspectos incorrectos en el mundo de la investigación y contaban con la buena voluntad para cambiar las cosas. Así, continuó el esfuerzo por conseguir una asociación donde las decisiones, ayudados por el correo electrónico (y hoy substituido por mejores herramientas, como los foros en Internet o la Tiki-wiki), se tomasen entre todos. Las funciones de presidente, secretario, tesorero no era tomar decisiones, sino coordinar la información de una manera transparente para que todo esto fuese algo asambleario. Así había funcionado y así debería de seguir, aunque las responsabilidades eran cada vez mayores. La agenda se llenaba de reuniones con vicerrectores, sindicatos, partidos políticos, secretarios generales y ministros. En poco tiempo, las negociaciones tuvieron como resultado propuestas de ley o acciones judiciales contra la precariedad laboral, aparte del EPIF, que si bien puede considerarse un logro importante, no es ni mucho menos un caso cerrado. De hecho, amplia el “campo de batalla” de las asociaciones de investigadores en fase inicial, que hoy día tienen como nueva aspiración conseguir una carrera investigadora planificada a corto, medio y largo plazo, entre otros muchos objetivos que se resumen en uno: defender nuestros derechos como trabajadores de la investigación.

Muchas veces hemos pensado que este tipo de organización no llega a funcionar, que es una utopía. Es cierto que es más sencillo que alguien nos diga lo que hay que hacer, con quien deberíamos ir a hablar o en que línea deberíamos trabajar. Sin embargo, hemos conseguido que la asociación funcionase (y que siga haciéndolo). Debatimos la creación de un plan de trabajo con el que, por un lado, darnos a conocer y, por otro, mejorar nuestra situación para que se nos reconozca como trabajadores y que, por lo tanto, estemos cubiertos por un contrato laboral que además garantice nuestra formación científica y académica.

Hemos conseguido avanzar gracias al trabajo de todos, con el que, poco a poco, hemos comprobado que luchar por mejorar todo el entorno de la investigación no es una causa perdida. Suena a tópico, pero no es difícil tomarse una cerveza menos una tarde con los amigos y aportar un poco de tu tiempo a tratar de mejorar las condiciones de todos. Sobre todo cuando tú vas a ser el principal beneficiado. Seguimos adelante, pero al hacer memoria de mas de 10 años de reivindicaciones, dos preguntas quedan en el aire. La primera; si sólo unos pocos han conseguido tantas cosas, ¿cuánto llegaría a conseguirse si fuéramos todos a una? Y segunda; ¿qué significan las siglas ASI?...



Para más información:

http://www.precarios.org (sección de asociaciones)


Nota importante:

El autor de este articulo quiere agradecer a David Fairen y a Manuel Perez Mendoza por su inestimable colaboración en la redacción de este artículo.



1 comentarios:

Dav E. Link dijo...

Este articulo no hubiese sido terminado (a tiempo) sin la participacion de David Fairen (que escribio casi la mitad), y sin la colaboracion de Manuel Perez Mendoza (que me conto sus aventuras de piononero... perdon, pionero)